domingo, 30 de noviembre de 2008

El agroturismo





Bueno, parece que en mi trabajo las cosas empiezan a ponerse en su sitio. Desde la apertura ha sido todo una aborigen (Soraya dixit) de sucesos que me han impedido llevar el blog al día. Pero sigo a la carga.

Vivir en un pueblo que se dedica en un 95% al turismo hace que cuando termine Septiembre parezca el desierto de Almería. Encima la gente que vive aqui aprovecha para cogerse las vacaciones, como han hecho nuestros caseros, q se han pirado un mes a Uruguay sin decir nada y nos han permitido vivir este mes un poco menos apretados de pasta.

Para paliar estas subidas y bajadas de personal, el ayuntamiento de este tan honroso lugar ha decidido impulsar el agroturismo. Y es que aqui son de lo más alternativas, van todas como la de la foto, en plan Ana Rosa por el campo.

Dentro del pack que han pensado desde el consistorio, están dando ayudas para cultivar tierras. De hecho regalan parcelas a cambio de que se haga cultivo biológico. Luego están dando información sobre huertas a donde puedes ir a comprar tu verdura directamente, sin intermediarios. Te pillas tu cestica y recoges tu misma lo que necesitas, y luego te cobran.

Yo, como muchos podréis imaginar, ya estoy preparandome para esta moda del agroturismo. Me he ido al Zara Home a pillarme ropa rollo rústica para ir al campo, con mi delantal y mi canesú. Y es que una tiene el reto de estar siempre perfecta.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El centro comercial



En la vida de pueblo se incorpora algo que es super habitual en nuestras queridas capitales, las visitas a los centros comerciales. Por supuesto, aqui la visita es al centro comercial, y es que el más cercano que tenemos se encuentra dos pueblos más allá de Altea, en el bello pueblo de Finestrat, que no conozco y dudo que lo haga. Y aunque hay autobuses y tranvía para ir allí, si quieres llegar a casa a una hora razonable no hay más solución que coger el coche.

Lo bueno es que el centro comercial es bastante completito, tiene un carreflús al lado, al que yo sigo llamando Continente. Eso me recuerda a las abuelas que llaman la plaza del generalísimo a la plaza del ayuntamiento de Valencia. Y es que a veces nos cuesta llamar a las cosas con el nombre nuevo que se les ha ocurrido darle. Para mí, todavía es Continente. Abuela que es una.

A parte del Continente, tiene tiendas varias, de las grandes y las pequeñas, un gym, y lo básico para todo gay: Zara, Springfield y Homosexual&Maricón. Yo que soy de las maris pijas tengo un Adolfo Dominguez y un Massimo Dutti para salir del paso. El otro día en ca Adolfo me compré una camisa blanca de cuello Mao que era bastante mona, pero en versión sin arrugas, este hombre no se dio cuenta que la arruga ya se ha pasao??

Y lo más importante, y algo q echaba de menos de Valencia: en los centros comerciales hay MARICONEO. Aunque vaya con mi chico, el mariconeo es vital para mí. Vamos viendo a unos y a otros deambular por las tiendas y les criticamos como buenas meris que somos:

Tom: Has visto ese? Yo creo que lleva la raya del ojo hecha...
Novio de Tom: Tom, yo creo que es una mujer.
Tom: Nooo, fijate, es como ese de Gran Hermano que dice q no es gay. Que es posible que no lo sea, pero si no es gay es que es mujer.
Novio de Tom: Dejate de tonterías y mira al choto que está en Zara Home.

Y así nos pasamos la tarde. Mira que yo soy anti ciudad agobiante y estresante, pero sin centro comercial y mariconeo como que me falta algo....

lunes, 10 de noviembre de 2008

El caminico al curro



Cuando vivia en Valencia tenía diferentes formas de ir al curro: podía coger el coche y tardar 25 minutos en aparcar, usar el metro o usar el bus. Luego en coche podía usar diferente rutas para llegar al mismo lugar.

Desde que vivo aqui, lo único que puedo hacer es seguir el "caminico al curro". Ir en bus es como imposible, puesto que mi trabajo está en lo alto de una montaña, y el bus te deja en la parte de abajo, y no es plan de morir en el intento de subir hasta arriba. Y yendo en coche no hay muchas rutas distintas para llegar, como mucho cambiar de calles e ir por las paralelas. A todo ello hay que añadir que cuando es verano el tráfico se peta de lo lindo, y un tranquilo recorrido de 15 minutos se convierte en un infierno de 45.

La parte buena es que como aquí todos nos conocemos, tengo compañeros del curro que viven en mi pueblo, con lo que nos juntamos para ir a trabajar. Así empezamos la mañana perjurando de nuestros jefes y de la compañera pesada que no deja de atosigarnos.

En este nuevo curro tuve una cosa clara, fuera armarismos de cualquier tipo. Aqui todo el mundo sabe por donde pierdo aceite y conocen a mi pareja. Es bastante divertido porque cuando uno cuenta lo que le pica se suceden coversaciones de estilo:

- Oye, XXXXito es gay, verdad?
- Pues yo creo que sí, pero mejor le preguntas a él, que luego todo lo que digo se sentencia.

Es así el poder que tenemos los gays, podemos decidir si otra persona es gay o no, y luego va el resto y se lo cree. Bueno, ayuda también que XXXXito tenga un plumazo importante y que no se le conozca novia.

Ayyy, las conversaciones de camino al curro. No las cambio por nada.

sábado, 1 de noviembre de 2008

El bar del oso



Alguna vez os iré comentando lugares pintorescos de este pueblo donde estoy viviendo. En el caso de hoy vamos a adentrarnos en el mundo de los bares de pueblo.

Allá que íbamos un servidor y su pareja a desayunar a un bar. Y como recién llegadas que éramos, teníamos que buscar nuestro bar. En una ciudad grande es fácil elegir porque hay miles de opciones, y los maricones para reunirnos podemos encontrar múltiples opciones en el ambiente para hablar tranquilamente de nuestras cosillas. También es verdad que al final acabamos todas en el bar de abajo de casa por lo vagas que somos, y que nos importa tres pimientos que nos oiga la gente hablar de lo grande que es la polla que nos comimos ayer.

El problema es que en los pueblos, y sobre todo un pueblo que no conoces de nada, no se reconoce el ambientillo de cada bar hasta que no has ido algunas veces. Pero una que tiene más gaydar que Adidas en una tienda de zapatillas, se puso manos a la obra.

Vimos un bar muy grande, espacioso, con periódicos y REVISTAS. Ahiiiiii está el tema. Un tio que lleva un bar que tiene revistas o es gafapasta o es maricón. Lo primero no podía ser porque en este pueblo hay hasta medio gafapasta (raro teniendo facultad de bellas artes), así que nos sentamos y pedimos un par de tostadas y una manzanilla.Cuando llegó el dueño con las tostadas lo confirmamos todo, un pedazo de osa que te cagas que nos sacó unas tostadas del tamaño de los post de vargtimen, que con eso tenías para desayunar, comer y cenar.

La verdad es que es un bar bastante tranquilo, y cuando tengo algun día tranquilo me paso con mi chico por allí. La última vez que fue mi chico solo al bar le preguntó el dueño: "Hoy no viene tu compañero?", frase indicativa de nuestra condición parejil.

Entonces, dentro de nuestro recorrido turístico por este tan maravilloso pueblo, empezamos desayunando en el bar del oso, Eric y Feer lo pueden atestiguar.